Luchar te enfrenta con el opresor, te define ante el resto que siente y padece como tu pero que no se atreven a levantar la cara, mirar de frente y verbalizar lo que sienten. Tienen miedo como tu lo tuviste… Piensan que Dios o el destino harán su parte por ellos. Agonizan sin reflexionar en lo que supone vivir a largo plazo, abandonados y torturados, presos del sistema que nos está ejecutando. Niegan la realidad abrumadora del entorno que los mortifica como a mi, como a todos, silenciando el grito interior que nos está desgarrando. Quieras o no, te guste o no, tomes conciencia o no, tu miedo, tu inacción apuntalan los barrotes de la cárcel de nuestro opresor. Ven y pierde el miedo… planta cara, di… No. Nos lo están quitando todo, la salud, el trabajo, la educación, el hogar…Qué más necesitas que pase para darte cuenta que por mucho que cierres la puerta de tu casa, estás viviendo en el mismo edificio que se resquebraja y que tarde o temprano tu casa también caerá… ¡No hay nada que perder y todo que ganar! Contigo seremos más fuertes, sin ti…nos costará más.

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