Estaba claro, clarísimo, que el PP tarde o temprano trataría de hacerse con el control de los informativos en la RTVA. Con la inesperada llegada al poder, hace ahora un año, los populares han atacado a lo más sabroso de la administración andaluza, los cuartos traseros. las Consejerías. Pero ahora, ya afianzados, van a por todos los flecos pendientes y uno de ellos es Canal Sur. La pregunta es. ¿Está la redacción preparada para ponérselo difícil?
En estos seis meses ha habido cambios en la redacción y habrá opiniones para todos los gustos pero nadie puede decir que se haya trabajado con injerencias, al menos de carácter ideológico. Y en cierto modo, todo el mundo respiró al conocer el nombramiento de Javier Domínguez como Director de Informativos, alguien que conoce la casa y a sus trabajadores. Se ve que quieren a alguien menos periodista y más político. Pero, ¿quién lo quiere? Muchos apuntan a Vox, que por cierto se queja del trato que le damos. Nada más alejado de la realidad, salvo por referirnos a ellos como extrema derecha o ultraderecha (un partido que niega el holocausto, que quiere que llevemos pistolas por la calle o que dice que no hay violencia machista, además de xenófobo y racista… ¿qué es lo que es?). En este sentido, esperamos que la redacción siga refiriéndose a ellos como lo que son: un partido de extrema derecha. ¿Pero está Vox realmente detrás de esta maniobra? Está claro que no. Un partido que lo ningunea constantemente el gobierno de coalición de PP y Ciudadanos, que acaban de darle en toda la cara con su proyecto estrella, la Ley de Concordia, y sin embargo aguantan (el cuero de los sillones del Parlamento es lo que tiene, pasa igual en el Congreso. Mira a Podemos aplaudiendo al Rey). Vox no tiene fuerza para cambiar a un director de informativos pero siempre es bueno que haya un tonto a quién echarle la culpa. Esto huele a Pablito Casado, a Madrid, aunque el «mérito» se lo atribuya Vox.
Así que aquí va a aterrizar un director de informativos puesto por el PP de Madrid, ya sabemos lo que eso significa. Podemos remontarnos a la experiencia de nuestros compañeros de Telemadrid o Canal Nou. Aunque es cierto que son otros tiempos, ahora no hay dinero para las televisiones. El caso, qué libertad de maniobra va a tener Zancajo. Si no trae a su gente, lo tendrá difícil, aunque siempre habrá algún «compañero» (esto es inevitable) dispuesto a allanarle el terreno. Y si trae a su gente, cómo puede la Consejería de Hacienda que lleva años negándonos contrataciones autorizarlas ahora, y ¿fuera de bolsa? Tendrá que estar el Comité Intercentros (al que no pertenece CGT) muy pendiente para denunciar, se nos ocurre que incluso por lo penal, porque ¿no sería prevaricación?
Es cierto que habrá que esperar. La transformación digital o va acompañada de 10 millones de euros y el despido de toda la Dirección Técnica de esta casa u olvidémonos de ellas. Así que lo que queda es el contenido. No parece que el nuevo nombramiento sea únicamente para que no digamos «extrema derecha» al referirnos a Vox. A todas luces, aspirarán a mucho más. Justo ahora que dejábamos de notar el aliento del control socialista que también lo hubo…Zasca! Zas-cajo! Da asco que los políticos traten de controlarlo todo y que los que se han llevado décadas hablando de la manipulación en la RTVA ahora hagan lo mismo. Antes eramos los apesebrados del PSOE y ahora ¿qué seremos? Señoras y señores de la redacción: ¡¡¡Independencia!!! Y sobre todo honestidad. Podemos permitírnoslo. Somos profesionales. Esto es una empresa pública. Es nuestra obligación y nuestro derecho.