Cuando se estudia publicidad se enseña que ésta tiene que llegar a los sentimientos. Aunque en realidad es a las sensaciones. Vender un producto es ya de por sí duro. Claro. Posiblemente no sea todo lo bueno que se dice. Y si el profesional tiene principios éticos, aún es más difícil. El problema de vender ideología es lo que hay detrás. Quien la vende… ¿cree en ella? ¿O es un simple producto? Y eso es este 8M en Canal Sur y quizás en una parte de la sociedad. ¿Daremos el pego de que fluimos con nuestra carta de servicio público, y respetamos lo que nos demanda la Sociedad Andaluza: respeto a los animales versus toros, respeto al derecho de culto versus catolicismo? Y claro, ¿respeto a la diversidad sexual amplia, igualdad, versus machismo? El lavadito de cara es pa quedarse muerta.

El problema es que como con los anteriores gestores de esta puñetera empresa, los actuales no se creen el discurso. Da igual que saquen a compañeras en un vídeo, que quizás si hubieran consultado con las trabajadoras y trabajadores, hubiese sido más rico en aportaciones. Por cierto, ¿quién hizo el casting para el vídeo? O ¿cómo fueron seleccionadas las compañeras? Qué miedo hay en esta casa a la claridad, y también a crear colectivamente, a confluir, no vaya a ser que la gente forme equipo, se lleve bien y haga piña. Lo hemos visto tantísimas veces ya.

Lo único que preocupa es quedar bien con San Telmo, rendir cuentas a Bendodo, que ni siquiera a Rocío Ruíz. Y esto demuestra lo que hay.  NO. NO NOS MERECEMOS SER UN LAVADO DE IMAGEN DE VOX, de todos los tertulianos que ha enchufado y que día a día sufrimos tanto en Radio como en TV. Diariamente en la Radio Televisión pública de Andalucía salen opiniones ofensivas hacia las personas que pagan este medio de comunicación. Y el Parlamento, el Consejo de Administración, la Dirección General e incluso el Comité Intercentros y el Comité de Redacción lo permiten. Cierto es que la parte social lo lucha, y lo denuncia para que no vuelva a suceder, aunque siga ocurriendo día tras día.

La RTVA dice que se une al 8 de Marzo con un spot, llamando a expertas en los programas, incrementando la presencia femenina en todos los espacios…y está muy bien. Eso debería ser diario, no sólo un día, el 8M, ni siquiera una semana o un mes. Divulgar la historia del feminismo, no dar voz ni amparar y mucho menos dar publicidad a enunciados machistas. Queda muchísimo por hacer en una sociedad donde la ultraderecha avanza y relaciona el nazismo con el feminismo, con un discurso de odio hacia las mujeres que sigue calando. Los avances en igualdad que se han ido conquistando con mucho dolor, se están esfumando. Y no lo podemos permitir.

Uno de los fundamentos de un medio de comunicación público es informar de forma objetiva y dar voz a todos los sectores de la sociedad no sólo a uno concreto que es el que gobierna en la Junta de Andalucía y quien lo apoya. Somos mujeres. Somos Hombres. Somos Diversos. Somos Servicio Público Esencial. Que nadie nos quite eso. Ni nos lo robe como sociedad.

CGT convoca desde hace 4 años Huelga General el 8M para visibilizar los problemas de las mujeres y avanzar en la igualdad. Lo hace en nombre de los colectivos feministas a los que ningún sindicato da cobertura legal para este objetivo. En Canal Sur, CGT nunca ha negociado servicios mínimos con la Dirección. Y este año, mágicamente, esos servicios mínimos han ido a gran parte de nuestra afiliación. Y de manera cuestionable. Ya lo dirán los tribunales. En la manera de comunicar los Servicios Mínimos, cuándo y de qué manera. De hecho, la Dirección de Córdoba se ha retratado. ¿Cuál más? Qué curiosa manera de apoyar el 8M, el feminismo, la igualdad, y la huelga general que colectivos de mujeres han convocado con la cobertura legal de CGT.

Las movilizaciones son calificadas de aquelarres por la ultraderecha. Así que no. No basta con decir que nos sumamos al 8M desde RTVA. No basta con un día en el que salgan en pantalla más mujeres. No basta de ninguna de las maneras. Porque a las mujeres nos siguen matando por el hecho de ser mujeres. Y eso es una realidad que toda la sociedad debe cambiar, empezando cada persona en su interior. A eso se llama educación emocional. En CGT, lo tenemos claro y la practicamos. “Si me das a elegir, me quedo contigo, mujer”.